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En esta sección iremos conociendo gente que vive en Barcelona y que comparte su experiencia, tanto como para reconocer que la suerte de los inmigrantes se gana día tras día.
Elsa Plaza nació en 1950 en Buenos Aires, es ilustradora, redactora, escritora y profesora de Historia del Arte en la Universidad Autónoma de Barcelona. Su última novela “El cielo bajo los pies” podría ser una síntesis de su enamoramiento por la ciudad donde vive.
Esta mujer múltiple estudió Bellas Artes en Buenos Aires, cine en la universidad de Vincennes, Francia, e Historia del Arte en Barcelona. La suya, como la de otros inmigrantes, es una historia de apechugar con la vida y buscársela de mil maneras. Cuando le preguntamos por sus oficios de vivir, dice:
“Cuidé niños, di clases de dibujo en escuelas primarias, fui diseñadora textil, cocinera y camarera en el bar de la biblioteca feminista La Sal, ilustradora para la “Agenda de les dones”, dibujante para Hogar y Moda, “profe” en escuelas de diseño, y me doctoré y hasta tuve dos hijos aquí. Con todo, también me hice tiempo para escribir artículos y cuentos. Mi primera novela fue “Rojiza penumbra en casa de Claude”.
-¿Cuáles son los recuerdos de sus primeros días en Barcelona?
-Las Ramblas y Ocaña y sus amigos, vestidos como para ir al Rocío, paseándose por allí. La plaza Real de noche y la policía corriendo a la gente con balas de goma porque se pedía la amnistía. Un piso en la calle Tallers, frecuentado por gente siempre cambiante, que iban llegando de Argentina o que aparecían traídos por alguien; que se bañaban y comían todo lo que había en la nevera. La primera campaña política después de la muerte de Franco y el equipo que formamos argentinos y uruguayos, contratados por el PSOE, para pegar carteles con la cara de un Felipe González joven, que miraba hacia el futuro con cara soñadora.
-En aquel tiempo ¿consiguió trabajo fácilmente o le costó integrarse?
-No, no fue fácil, porque no tenía papeles de residencia, y cada tres meses teníamos que viajar a Francia, para obtener otros tres meses como turista. Así, hasta que finalmente conseguí la ciudadanía, creo que eso fue en 1981. Pero la adaptación sí que fue fácil, era muy joven y estaba aquí por propia elección, además nunca me sentí extranjera. En esa época de luchas barriales y feminismo, todo lo sentía mío. Pronto me integré en la Asociación de Vecinos del Raval, en la vocalía de mujeres, y con ellas y ellos comencé a compartir toda mi vida: salidas, diversiones, comidas y manifestaciones.
-Usted es ilustradora, escritora, profesora de historia del arte… ¿Cuántas personas en una?
-Soy la misma, rebuscándome la vida como puedo. Creo que esa es una característica de muchos argentinos, la versatilidad, el saber adaptarnos a casi todo.
-¿Qué significa ser una mujer de la cultura, y argentina, en Barcelona?
-Quizás para mí fue una ventaja, porque el feminismo me dio la oportunidad de conocer a unas mujeres estupendas, que continúan siendo mis amigas y mi familia de elección. En cuanto a lo de ser una mujer de la cultura argentina… bueno, eso ha determinado también mis amistades con algunos argentinos que también formarían parte de “la cultura argentina”: artistas, un arquitecto, una ingeniera, algún poeta, profesores. Pero ni cuando nos reunimos, ni personalmente, creo que tenemos conciencia de ser “cultura argentina en Cataluña”. Cada uno trabaja en lo suyo y sin ninguna vinculación oficial con entidades que representen la “argentinidad”. Aunque sí que, cuando nos reunimos, acabamos recordando cosas en común: las películas de la Coca Sarli, El club del Clan, las historietas que salían en el Patoruzito... las películas de Catita… las letras de los tangos, los libros de Roberto Arlt, de Borges, y siempre los últimos acontecimientos de allá y de acá.
-Su último libro es una novela negra: “El cielo bajo los pies”. ¿Por qué eligió narrar la historia de Enriqueta Martí, llamada “la vampira del Raval”?
-La historia no la elegí yo, me eligió a mí. Encontré un libro, en una caja, junto a otros que la sala de lectura de mi barrio desechaba, y que explicaba un suceso policial que me parecía increíble. Era un libro impreso en 1912. Y comencé a investigar en archivos (también trabajé de archivera y me encanta hurgar). Y resultó que la historia era cierta, aunque yo descubrí que no cómo se contaba, ni como se sigue contando. Era mucho más rica y habla de la miseria, la explotación y la doble moral del patriarcado y el capitalismo.
-¿Es la historia de Argentina la que impulsa a sus escritores a narrar tragedias?
-La vida es trágica, siempre acaba mal, con la muerte de los protagonistas. Aunque se dan digresiones más o menos intensas o más o menos extensas, donde no es dado amar, y gozar de los majares del mundo. Pero sí, es cierto, el argentino es melancólico, no sé si trágico. Ahí están las letras de los tangos… y su música, para compararla con la música brasileña, o la del Caribe… Y ellos tampoco han tenido una historia muy divertida.
-En Barcelona y sus afueras, que llegan por lo menos hasta Sitges, hay miles de argentinos. ¿De dónde sale tanta obstinación por soñar con Barcelona?
-Mi obstinación es nula. Se dio aquí mi vida y aquí me fui quedando. Y hay lugares que siento como míos. Me gustó Barcelona, pero ya no me gusta, los administradores de esta ciudad se han abocado a destruir todo su encanto y han optado por una Barcelona para el turismo. Quieren una Barcelona neta, blanca, donde las heridas del tiempo no se noten, donde la memoria de la Barcelona obrera y más popular desaparezca. Pienso muchas veces en marchar, pero los afectos me retienen.
-¿Tiene nostalgias de su tierra?
-Claro, muchas veces cuando escucho un tango de aquéllos que cantaba mi papá imitando la voz de Ángel Vargas: En el barrio caferata, en un viejo conventillo… o aquél otro: Garúa: Que noche llena de hastío y de frío... Me acuerdo de una noche de invierno con un cielo rojizo de tormenta y yo volviendo de la escuela de Bellas Artes. Iba al nocturno, y a las doce de la noche de pronto me llamaron la atención las páginas de un periódico balanceándose sobre un cable eléctrico ¿Quién las había lanzado hasta allí? Y la lluvia finita, la garúa… No sé porque me quedó esa imagen. No era muy feliz en mi adolescencia, pero había momentos intensos, como ése. De eso tengo nostalgia, de esos momentos que suceden en Buenos Aires. Allí muchas personas son personajes, y los encontrás en los colectivos, caminando por la calle, y te hablan, te explican su vida, de eso tengo nostalgia.
-Si pudiera volver a la infancia ¿qué plato le pediría a su madre que le cocine?
-Polenta, con mucho queso mantecoso, acompañada de estofado de carne.
-Cuéntenos su vicio argentino secreto: ¿El dulce de leche? ¿Los tangos de Edmundo Rivero? ¿Leer los diarios argentinos en Internet?
-Tuve mi época de dulce de leche, no podía parar, pero lo solucioné no comprando más. Mi vicio son las películas argentinas viejas. Me conmueven desde que aparecen las letras del principio: “Argentina Sono Films, Presenta”. Y luego: Delia Garcés, Susana Campos, Tito Luciardo, Niní Marshall… Sólo de pronunciar sus nombres se me anticipa el placer que van a darme.
Felicidades a Elsa. Iré a buscar su broli a Negra y Criminal, la librería de los crímenes.
ResponderEliminarMuy interesante la nota. El único problema es que me dieron ganas de comprar el libro...
ResponderEliminarOigan, aquí la novia española de un chico argentino. ¿Alguien puede decirme por qué la hierba del mate tiene que quedarse dentro de su calabacilla hasta que se llena de moscas?
ResponderEliminarQuerida Dra. Elsa Plaza desde Argentina te deseamos que tengas muchos éxitos en todo lo que emprendas y estamos orgullosos de que compatriotas lleguen a tener un lugar, luego de tanto esfuerzo en capacitarse para lograr metas y mucho más en un país que no es el tuyo. Felicitaciones y suerte con tus libros !!
ResponderEliminarElsa , tu familia desde Argetina te desea muchos éxitos con "El Cielo bajo los pies" ya que sabemos cúanto tiempo te llevó de investigación y trabajo para completar la obra. Asimismo esperamos ansiosos tu próximo viaje para Argentina en la cual harás la presentación del mismo.
ResponderEliminarUn abrazo, Liliana.
Muy buena la nota.
ResponderEliminarFelicitaciones por "El Cielo bajo los pies" y esperamos para próximo mes de Agosto tu visita para la presentación del libro aquí en Argentina.
Un abrazo, tía Deolinda.
Dra. Elsa Plaza , éxitos con El cielo bajo ...y felicitaciones en la labor universitaria
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