martes, 22 de junio de 2010

2-0 Y NI ÉL SE LO CREE


Creo que ni él se lo cree. Martín Palermo pasó por el Villareal sin mucha suerte y volvió a Boca, que es donde siempre encuentró la manera de meterla. Verlo con otra camiseta, cuesta. Tal vez por eso cuando entró a la cancha, a jugar en este equipo de suplentes que le acaba de ganar a Grecia, nadie que no fuera de Boca hubiera dado un guita por él. Pero el tipo esta vez encontró, es lo que le pasa, el segundo gol. El primero, después de un rebote que los griegos juran que fue mano de Milito, lo metió Demichelis. Hasta ahí, fue para dormirse, pero los goles hacen olvidar todo. Los que deben de estar festejando son los fabricantes de maquillaje. Toneladas de pintura celeste y blanca en la cara de los hinchas argentinos. Hicieron tanto quilombo que ni se notaron las insistentes cornetas de lo locales. ¡Aguante la hinchada, que ahora viene lo mejor!

Elgüín Derecho

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