jueves, 23 de diciembre de 2010

HISTORIAS DE VIDA: HERNÁN BUIRA DE ANGELIS


Hernán Buira De Angelis es de los que llegaron a Barcelona llevados de la mano, y aquí se quedaron. Como a todos los protagonistas de las historias de vida de Aquí.punto de encuentro argentino, le pedimos que nos resumiera dónde estaba y cómo antes de llegar a Barcelona:

“Llegué a esta hermosa ciudad en 1977, después de haberme reencontrado con mi madre en Suecia. Ella era militante, contraria a la dictadura y salvó la vida saliendo del país. Viví nueve meses con mis abuelos, recibiendo postales de amor desde Europa, hasta que mi padre dio el permiso para que viajara a Stockholm. Que me quedara en Buenos Aires no era seguro. Así que vino a buscarme un coche de la embajada sueca y me llevó a Ezeiza. Un argentinito de siete años a bordo de un boeing de SAS, rumbo a Escandinavia. La verdad que no tengo demasiados recuerdos previos a ese viaje. Conservo un puñado de imágenes, muchos olores y algunas palabras. Y amor, eso sí. Mucho amor”.

AQUIPEA -Usted no vino a Barcelona, lo trajeron. Pero sigue aquí, y eso es lo que nos interesa. ¿Cuántas veces volvió y volvió entre una y otra orilla? ¿Cuál es su sitio entre esos dos puntos de partida y, al mismo tiempo, de llegada?

Hernán Buira De Angelis -La primera vez que volví a Buenos Aires fue en el ‘84, siete años después de haberme ido. El reencuentro con mi padre, mis abuelos, hermanos, primos, tíos… Y los asados, alfajores, bananitas Dolca, caramelos media hora… Luego llegó un tiempo en que mis viajes fueron frecuentes, y en cada uno de ellos recuperaba algo de mí. Se me instauró esa dicotomía: ¿cuál es mi lugar? Tanto ir y venir me alimentaba esa pregunta. Recuerdo una charla con papá que me dio una buena base, me dijo: “no te lamentes por cada despedida, alegrate de cada reencuentro”. Hoy estoy aquí, y este es mi lugar, pero sin olvidar en ningún momento de dónde vengo.

-¿Cuántos años tenía cuando llegó por vez primera y cuántos tiene ahora, que vive en Barcelona?
-Llegué a Barcelona con siete recién cumplidos, y no sé cómo pude bajar con mis propios pies del autocar que nos trajo desde Suecia, tras cincuenta y pico horas de viaje… Hoy tengo 40. ¡Y sigo caminando, corro y me desplazo en bici!

-Hoy la cosa económica está muy difícil y usted es terapeuta. Cuéntenos qué hace.
-Empecé a trabajar a los18 años, en un estudio de publicidad. Me encantaba. Creatividad, trabajo en equipo, sueldo… Luego busqué mi talento personal en un mayorista de ropa, en bares y restaurantes, como camarero, pero no estaba ahí. En 2004 estudié “Quiromasaje” y “Drenaje linfático”, que abrieron infinitas ventanas en mi forma de pensar, y seguí formándome en otras técnicas que complementaran mi trabajo: laserpuntura, método Dorn, NPDO. Y estoy en tercero de Osteopatía, que me fascina. Mi misión es la de acompañar a quien venga a la consulta con una dolencia, con una patología, en su proceso de curación. Les doy, con las manos y con las palabras, herramientas que les hagan comprender que el bienestar y la salud son responsabilidad de uno mismo.

-Parece haber encontrado el equilibrio entre ganarse el pan y ser útil para usted y los otros. ¿De dónde le llega esa necesidad de servicio?
-Siento que es una constante devolución, un profundo agradecimiento a lo que la vida me da cada día. He sido ayudado por terapeutas en algunos momentos claves de mi vida, y no se si ellos serán conscientes de lo importantes que han sido para mi. Si mi trabajo resulta una buena ayuda para alguien, yo me siento mejor persona. Crezco. Es maravilloso que una persona se levante de la camilla y te diga: ¡Qué bien me siento!



-Usted se formó entre un torbellino de identidades nacionales mezcladas. ¿En qué momentos se siente o se sabe argentino?
-Si cierro los ojos y respiro hondo, siento que pertenezco a todos los lugares en donde tengo afectos. Argentina, Barcelona, Catalunya, Italia… Y seguiría: el mundo es inmenso. Pero cuando llega el mundial de fútbol me siento y me sé argentino.

-Se dice que uno puede nacer dónde sea, pero será marcado por su tiempo de educación sentimental, la adolescencia. ¿Cómo fue su educación sentimental en Barcelona?
-Educación sentimental, me gusta el concepto. Vengo de un lugar donde, en el momento en que salí, había una cruel dictadura, los 30.000 desaparecidos, y llegué aquí en un momento donde se estaban dejando atrás 40 años de franquismo y transitando hacia la democracia. Mi escuela primaria, una escuela catalana, fue un enorme soporte de los valores democráticos. Me sentí bien acogido y bien contenido. Si bien no se puede hacer un corte en la línea de la vida, la adolescencia empieza a definir claramente a la mujer o al hombre que uno será. Barcelona me presentó a mi primer amor, mis primeras salidas, el instituto, los amigos (aún conservo algunos de esa etapa), las excursiones a la adultez… hasta llegar a ser el hombre que soy. Si hablamos de educación, Barcelona ha sido una gran maestra. Y muy sentimental.

-Para muchos españoles, que emigraron a Argentina con la idea de “hacer la América” y volver, la vida se les cambió cuando allí tuvieron un hijo. Usted tiene un hijo nacido aquí. ¿Ese hecho le mostró que había echado nuevas raíces, o las raíces ya estaban?
-Ambas cosas. Las raíces estaban, de hecho, pero sin ninguna duda el nacimiento de Dídac en el hospital de Sant Pau, en Barcelona, en Catalunya, hace que este sea mi lugar más que nunca. Las raíces se han multiplicado, igual que mi amor por esta ciudad y por la vida.

-Con la inmigración, Barcelona se parece en mucho a aquel Buenos Aires que se llenó de inmigrantes a principios del siglo XX. ¿La pluralidad de identidades lo desacomoda o se maneja en ella como pez en el agua?
-Soy argentino, con un apellido catalán y el otro italiano. Tengo también algo de sangre brasileña. Todos somos una pluralidad de identidades. Sino no hubiéramos evolucionado como especie. Pienso que deberíamos aprovechar el regalo de estar en contacto con gente que procede de culturas distintas a las nuestras, enriquecernos con nuevos conocimientos y dejar de creer que el mundo es y debe ser sólo de la manera en que nosotros lo vemos. Si este lugar es como es, es también porque cada uno que ha venido de fuera ha dejado su granito de arena.

-Muchos jóvenes españoles se van hoy a Argentina, mientras los argentinos siguen llegando a Barcelona. A todos les parece que sólo a ellos se les presentan todas las dificultades. ¿Qué les puede decir para que no se desanimen?
-Que las dificultades están ahí para que aprendamos a superarlas, para que exploremos qué tenemos dentro y qué necesitamos para seguir adelante. Cuanto más nos acerquemos a nuestro talento personal y a lo que tenemos dentro, menos necesitaremos de afuera. La vida es un camino en el que, lo que realmente importa, es el camino, no la meta.

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3 comentarios:

  1. Me gustó saber de otro argentino, que como una, llegó de la mano a Barcelona y que aquí nos quedamos. Pienso, como Hernan, que tenemos la suerte de ser de dos sitios al mismo tiempo. Un beso.

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  2. ¿Es cierto lo que dicen en Buenos Aires de que están llegando muchos españoles en busca de trabajo? ¿Por qué no publican algo sobre eso?

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  3. solo me basto ver tu nombre y tu fotos para que un sin fin de sensaciones invadan mis sentidos olor a parke recien lustrado y milanesas recien hechas mi infancia toco mi puerta la nostalgia paso en imagenes como fotografias posadas para este momento siempre quice hablar con vos siempre se me hacia larga la distancia en edades pero hoy tengo la necesidad de establecer una relacion un vinculo con mi sangre lo manifeste con mi tia en su ultimo viaje pero hoy lo quiero concretar espero saber mas de uds y un abrazo gigante como el amor de nuestros abuelos.osvaldo De Angelis

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